Thursday, September 13, 2007

Incendio sin bomberos


Parece que el malecón cubano es famoso en todo el mundo y que no hay quien nos visite que no quiera tener su propia experiencia.

A la salida del concierto, nos hicimos una caminata por aquel romántico paseo. Después de un rato, el barbudito fingió estar cansado y me pidió que nos sentáramos por un ratico a contemplar el anochecer en La Habana. Aprovechando la sentadita, tal como a mi me gusta me tomo por sorpresa y me empezó a besar apasionadamente. Se sentían raros aquellos labios tan finos y pequeños a los que yo no estaba acostumbrada, pues siempre disfrute de los labios gruesos y carnosos de un negro bembón. Parece que esta vez me tocaba a mi jugar ese rol, así es que tuve que enseñarle muy delicadamente lo que era un beso parecido para poderlo disfrutar junto a mi sensible bembita.
Los ánimos entre otras cosas se empezaron a calentar, pero iban como las agujas de los relojes de los autos, sube y baja, baja y sube, porque el carro patrullero pasaba para un lado y luego para el otro y esta negra cobarde en cuanto lo veía soltaba todo y empalidecía como menuda delincuente buscada por la misma. Pero el no, el seguía "guapo y fajao"como la prensa a las hojas , creo que la bembita lo hacia disfrutar de lo lindo, tanto que se siguió emocionando y ya quería seguir hacia abajo, pero llego el comandante y mando a parar: No tan rápido amorcito!!! vas a tener que esperar para tener tu experiencia maleconcera. Llamamos a los bomberos, pero jamás llegaron. Espero que al menos haya tenido un balde de agua fría al llegar a su departamento o quien sabe que pasaría después de mi ese día, porque si de algo estoy segura es de que allá hay para todo, en cualquier momento.

3 comments:

kinski said...

oye que se pone sabroso esto! bomberos, y una ambulancia por alli...

Niurka Dreke said...

Siiii, el malecon como siempre, y tu haciendote la que le creias realmente que estaba cansado y dejandolo correr no?/

Lazarita said...

En ese momento use el histeriquismo que les fascina a los argentinitos, yo creo que eso fue lo que lo enloqueció.